En la temporada 98-99', Kobe Bryant encaraba su tercer curso como 'Laker'. Tras dos temporadas somo sexto hombre del equipo, su primera explosión anotadora llegó a la tercera. Un jugador atlético y espectacular que se comía el aro cada vez que veía la mínima posibilidad. Todo un Highlight.
Sin embargo, durante la primera parte de la temporada sufrió una fractura en su mano derecha que le mantuvo varias semanas sin poder entrenar en condiciones. Pero bueno, siendo Kobe, entrenando de otra manera.
Una de sus imágenes más icónicas es la de su 'workout' de tiro, con la mano enyesada y el pijama bajo el uniforme de Los Angeles Lakers. Kobe no paraba aunque el destino y las lesiones le obligaran. Siempre habría un aspecto que pudiera mejorar mientras se recuperaba, en este caso, de su mano.
En el tiempo en el que estuvo 'de baja', Kobe vio la oportunidad de trabajar minuciosamente otros aspectos del juego, entre ellos el dominio con la mano izquierda.
Turn the Negative into Positive
Cuando le quitaron el yeso, la recuperación de su mano no fue físicamente la que esperaba. La posición de sus dedos había cambiado y con ello su mecánica de tiro.
Esa postemporada, Kobe Bryant se encargó de hacer 100.000 tiros en suspensión para acostumbrarse y corregir su nueva mecánica. 100.000 tiros a canasta. Marea solo de pensarlo.
No hay nada que no tenga solución. Las adversidades vienen, pero no hunden, no frenan, no detienen. Las adversidades son un reto más en el camino a la gloria que, a alguien como Kobe, solo le servían de motivación.
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