Hace poco más de un mes que la NBA paró por completo su competición con los Utah Jazz en el ojo del huracán. En el partido de los de Snyder contra Oklahoma City Thunder, se conocía que Rudy Gobert daba positivo por COVID-19. Y a día de hoy, las heridas no se han cerrado.
El pívot francés, en un periodo en el que muchos no éramos realmente conscientes del peligro del virus, contrajo la enfermedad como un ciudadano más. El problema viene por sus formas a la hora de gestionar esta crisis.
La NBA es una competición deportiva que va siempre a la vanguardia en su toma de decisiones. Sus protocolos de seguridad fueron claros desde un principio, pero Gobert no los tomó enserio. Se ha filtrado que en la plantilla se criticó la poca seriedad con la que el jugador tomó lo que es hoy una pandemia mundial. Acostumbraba a tocar las cosas de sus compañeros y a hacer bromas que pueden salir muy caras de cara al futuro.
Donovan Mitchell, estrella indiscutible del equipo, fue el segundo jugador que dio positivo por coronavirus. Si ya el tener a tus dos mejores jugadores contagiados es un problemón, que esto suponga un enfado es la peor noticia. 'Spida' se ha mostrado muy crítico con la actitud de su compañero al subestimar la enfermedad y pinta que la relación está rota.
El contagio: ¿causa o detonante?
Con todas las cartas sobre la mesa, la situación da lugar a dos hipótesis concluyentes. Por un lado, podemos entender perfectamente el enfado de Donovan Mitchell con el 'center' del equipo, pero en términos deportivos parece poco para hacer explotar el proyecto de los Jazz. Si bien la actitud de Gobert es inaceptable, las pretensiones y planificación de una franquicia no deberían irse por la borda por este problema.
Esto nos lleva a pensar que ha sido la gota que ha colmado el vaso. Es posible que ambos jugadores hayan tenido roces previos que quedaran dentro del vestuario y que esto haya hecho a Mitchell pedir definitivamente el traspaso de su compañero. Sea como fuere, vaya papelón para Utah Jazz.
Posibles traspasos para Utah Jazz
Si desde los despachos de la franquicia se llegara a la conclusión de que no hay otra vía que traspasar a uno de sus jugadores... ¿Por quién decantarse? Rudy Gobert es el mejor pívot defensivo de la NBA y su evolución ha sido progresiva. Toda una vida en los Jazz. Donovan Mitchell, uno de los escoltas con más talento de la competición y el futuro de la NBA junto a otros jóvenes, llegando incluso a ser elegido para el Training Camp del Team USA.
Una decisión complicada que podría efectuarse según los salarios y las monedas de cambio. Gobert cobra 23 millones anuales, mientras que Mitchell está aún en contrato rookie y es una ganga dado su rendimiento. A sabiendas de que si hay traspaso se hará a la baja -el resto de franquicias no son tontas- estas son algunas opciones.
Utah Jazz - Indiana Pacers
Indiana Pacers recibiría a Rudy Gobert a cambio de Myles Turner y Doug McDermott y alguna ronda de Draft, pues tienen todas sus Primeras Rondas a partir de 2021. Es barato para los Pacers, que apuntalarían un quinteto puramente defensivo con Malcolm Brogdon, Victor Oladipo y Domantas Sabonis. Los Jazz, por su parte, se harían con un pívot estancado pero con talento que no se aleja mucho del tipo de jugador que es Gobert.
Utah Jazz - New York Knicks
Los Knicks, en su afán de convertirse al fin en un equipo competitivo, podrían echar el resto por fichar al dominante pívot francés. Mitchell Robinson, Julius Randle y Reggie Bullock pondrían rumbo a Colorado, acompañados por supuesto de suculentos picks como el del Draft de 2020.
Con esto, en New York se asentarían las bases de un proyecto con RJ Barrett y el galo, pero seguirían necesitando de algo -mucho- más para enfrentarse a los mejores. Y es posible que en el próximo Draft esté la clave.
Los Jazz ganarían un '4' polivalente como Randle, un tirador de banquillo con Reggie Bullock y uno de los pívots defensivos más prometedores del momento. Mitchell Robinson es muy joven y su envergadura y aptitudes invitan a pensar en que puede convertirse en el ancla de su equipo.
Utah Jazz - Boston Celtics
Los Celtics necesitan un pívot dominante como el comer si quieren que sus estrellas exteriores tengan opciones de dominar la NBA. Daniel Theis y Enes Kanter han jugado buen baloncesto, pero parece insuficiente de cara a los Playoffs. Pero si hay algo que ha hecho valiosos a los Celtics en los últimos años son sus picks de Draft.
Danny Ainge, GM de la franquicia, siempre se las arregla para tener ese as bajo la manga. Y puede que sea el momento de usarlo. La utópica idea de traspaso pasaría por que Gordon Hayward aceptara la Player Option del próximo verano y fuera enviado a Utah de nuevo con un buen arsenal de picks bajo el brazo (Celtics tiene 4 primeras rondas para el Draft de 2020).
Sería una operación a la desesperada para los Jazz, el terreno favorito de Ainge. El proyecto mormón se aplazaría y movimientos como el de Mike Conley habrían sido en vano, pero el futuro pintaría mucho mejor y económicamente más sencillo para retener a Donovan Mitchell.
Cuesta imaginar el proyecto de Utah Jazz sin ninguno de sus dos estandartes. De hecho, lo más probable es que desde la franquicia se mueva cielo y tierra para mantener el bloque. Si el conflicto no llega a buen puerto hay opciones, pero también diría mucho de la individualidad del resto y la anteposición a lo colectivo.
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