La década de los 90 fue el periodo más glorioso de la historia de los Chicago Bulls. Dos Three-Peats comandados por Michael Jordan y todo un escenario tras él que bien hemos podido degustar en 'The Last Dance'. Las luces, las sombras, los errores y los aciertos de todos los integrantes de esta dinastía.
Pero, ¿qué pasó después? Los Chicago Bulls decidieron comenzar una reconstrucción por todo lo alto. Phil Jackson se marchó, MJ se retiró y tanto Scottie Pippen, como Dennis Rodman o Steve Kerr salieron de la franquicia buscando otro rumbo. Se plasmaba el punto y final a una época de ensueño, cómo no, en la cima del deporte. No podía ser de otra manera.
Es completamente entendible que tras una época plagada de éxitos, la caída iba a ser dura y la reconstrucción, un reto mayúsculo. No obstante, hubo bastantes errores en la planificación de las plantillas sucesivas a este equipazo. Errores que condenaron, y mucho, a una franquicia demasiado acostumbrada a ganar.
1999-2000: Los mimbres de una reconstrucción
Tras un año de "luto" en el que la herencia ganadora no permitía buenas opciones de Draft, Chicago Bulls se hacía con el primer 'pick' del Draft de 1999. Todo iba sobre ruedas para garantizar un proyecto competitivo, por qué no, a corto plazo.
Los Bulls eligieron a Elton Brand, que promedió 20 puntos y 10 rebotes como novato. Casi nada. Además, Metta World-Peace Ford-Artest, por aquel entonces Ron Artest, llegaba a la franquicia con el pick 16 del mismo Draft. Noche redonda para la franquicia de Chicago, que comenzaba a ver mimbres de sangre joven.
A esto hay que sumarle el traspaso de Toni Kukoc a Philadelphia 76ers en febrero de 2000. El croata, con 31 años, seguía siendo un jugador importante en la liga, pero no en el contexto de los Bulls. En un win-win de manual, Chicago conseguía espacio salarial y rondas de Draft y los Sixers, en un traspaso que también involucró a los Warriors, un jugador para competir con todo.
2000-2001: Los primeros errores
En la noche del Draft de 2000, los Bulls seleccionaban en cuarto lugar a Marcus Fizer, un potente y físico ala-pívot que se desinfló progresivamente en la NBA. En España, le conocemos por su periplo en el Polaris World Murcia en el año 2006. Pero a lo importante: ¿Un ala-pívot? Con Elton Brand a ese nivel, no tenía mucho sentido.
En ese mismo Draft, si bien no es de los más potentes, jugadores como Mike Miller o Hedo Turkoglu fueron elegidos más tarde. Perfiles que podrían haber encajado mejor -y tener mayor carrera- en el proyecto 'Bull'. A su vez, conseguían el traspaso de Jamal Crawford, elegido por Cleveland Cavaliers en el número 8. Un 'young core' de Brand, Crawford y Artest invitaba a ser optimistas de cara al futuro.
2001-2003: Los Bulls tocan fondo
En una de las operaciones más incomprensibles de este siglo, los Chicago Bulls enviaban a Elton Brand a Los Angeles Clippers a cambio de Brian Skinner y un pick de Draft que resultó ser Tyson Chandler. Un '20-10' que marchó a L.A. por una ganga. Junto a él, llegaba al equipo Eddie Curry, otro pívot que prometía mucho y acabó condenado al ostracismo.
En 2002, Jay Williams era elegido en el número 2 del Draft. Un base prometedor que dejó destellos de su calidad (9.5 puntos, 4 asistencias) en su primer año. Lamentablemente, un accidente de tráfico le destrozó la rodilla y jamás volvió a ser parte de los Bulls. De ahí que en 2003, la franquicia eligiera de nuevo a un base en el Draft: Kirk Hinrich. Una buena elección que tuvo una muy buena carrera en la NBA. Pero no era suficiente.
2004-2005: ¡Vuelven los Playoffs!
Tras un paupérrimo récord de 23-59 en la pasada temporada, Scott Skilles se puso al frente de un equipo devastado. Por fortuna, el Draft les sonrió enormemente (a corto-medio plazo) consiguiendo a Ben Gordon en el número 3 y a Luol Deng, leyenda de la franquicia, vía traspaso.
El rol de Tyson Chandler comenzaba a carburar de verdad y el propio Gordon conseguía el galardón al Mejor Sexto Hombre de la Temporada... ¡Siendo rookie! 47-35 en la Temporada Regular y los Playoffs volvían al United Center.
En 2005, la tónica de luchar por la postemporada se alargó y el bloque se mantenía con la columna Hinrich-Gordon-Deng, al que había que sumar a Andrés Nocioni, 'El Chapu', que se destapó en la NBA con 13 puntos y 6 rebotes de media.
2006-2008: El error
En el verano de 2006, los Chicago Bulls se veían con el pick 2 del Draft de la NBA. Un equipo que comenzaba a ser regular y a cohesionar sus piezas. Solo hacía falta un pequeño empujón que les diera el salto definitivo a la élite de su Conferencia. Y ese salto debió ser su elección: LaMarcus Aldridge fue seleccionado por los toros para ser inmediatamente traspasado a los Portland Trail Blazers por -redoble-... ¡Tyrus Thomas y Victor Khryapa!
Dos jugadores que pasaron sin pena ni gloria por la NBA y un Aldridge que se convertía en leyenda de Oregon. Tras la sombra de Elton Brand, LaMarcus pudo haber sido la referencia interior para un equipo joven y con cimientos estables. A su vez, la franquicia decidía traer a un Ben Wallace con 32 años y todo demostrado en la NBA.
En 2007, tras una mala temporada, Joakim Noah da el salto a la NBA para convertirse en el ancla defensiva del futuro de los Bulls. Buena incorporación... Pero ilusionaba más Aldridge, ¿verdad?
2008: El nuevo Jordan llega a la ciudad
Los Chicago Bulls ocupaban el noveno puesto del Draft en todas las cábalas. Pero ese puesto fue para los Charlotte Bobcats. En uno de los actos de fortuna más grandes de la historia del Draft, la franquicia conseguía el número 1. Derrick Rose llegaba al equipo para encabezar, de una vez por todas, la resurrección del ángel caído. Y vaya que si lo hizo.
Rose significó para Chicago lo más parecido a la llegada de Jordan. Una ciudad dividida en aficionados al béisbol (Cubs), al fútbol americano (Bears) y al hockey (Blackhawks) había dejado de lado a su club de baloncesto tras 10 años de vaivenes y tropiezos. Pero con su llegada, el brote baloncestístico volvió a unas calles desangeladas. El efecto Jordan parecía volver a repetirse y la ilusión de una nueva era aforaba en cada hogar.
2010-2011: El año del despegue
Tras dos ilusionantes campañas con Derrick Rose como alma máter de la plantilla, Thom Thibodeau dirigió a un grupo talentoso y comprometido que alcanzó las 62 victorias en Regular Season. Por desgracia, cayeron en las Finales de Conferencia ante los Miami Heat de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh. Pero los Bulls volvían a estar arriba.
Tras un gran desembolso por Carlos Boozer en la Agencia Libre (oportunista, sí, pero algo evitable de haber conservado a LaMarcus Aldridge) el núcleo Rose-Deng-Boozer-Noah-Gibson-Korver hacía estragos en la liga.
Y llegó 2011. Richard Hamilton, leyenda de los Detroit Pistons campeones en 2004, fichaba para ser una amenaza ofensiva más en el sistema. Pero una temprana lesión le impidió disputar la mayor parte de la temporada. A su vez, en el número 30 del Draft, aterrizaba en el equipo un desconocido Jimmy Butler.
Aquellos Playoffs de 2012...
Era el año. Unos Bulls maduros, curtidos en la derrota de la pasada temporada, planeaban asaltar de una vez por todas el trono en el Este. Si alguien había puesto contra las cuerdas al 'Big Three' de Miami, era Rose.
Primera ronda contra Philadelphia 76ers, partido resuelto...Y Rose se mantuvo en cancha. Una decisión evitable que acabó en una lesión que cambió su vida para siempre. El equipo quedaba huérfano de un líder y no consiguió pasar de ronda.
El referente de toda una ciudad, de nuevo volcada en el basket, quedaba en el dique seco y encadenaba una lesión tras otra en lo que parecía un círculo vicioso que, desgraciadamente, le ha impedido volver a ser la misma estrella. Chicago jamás se recuperó de ese golpe y el ansia de vuelta de su jugador franquicia fue tal, que en ocasiones llegó a cuestionarse su compromiso al no sentirse seguro para regresar. Un murmullo de aura negativa que bien nos hace recordar lo que sucedió en varias ocasiones con Michael Jordan en su etapa en el equipo.
2014: Jimmy Butler toma el control
Con las dolorosísimas idas y venidas de Derrick Rose, Jimmy Butler se erigió como líder de un equipo que, aún atractivo, se hacía con Pau Gasol en la Agencia Libre tras su gloriosa etapa en Los Angeles Lakers. El equipo seguía siendo competitivo y, con el base de vuelta de manera continuada, lograban un récord de 50-32 que les situaba en buena posición de cara a la postemporada.
Sin embargo, volvía a aparecer LeBron James, esta vez en los Cavs, para mandarlos de vacaciones en las Semifinales de Conferencia. Un año más tarde, 42-40 de balance y novenos de la Conferencia Este. Fuera de Playoffs y vuelta a empezar... Hasta el día de hoy.
Los Bulls siguen en la casilla de salida
La noticia más reciente de la franquicia es la contratación de Arturas Karnisovas, ex del Barça, como Vicepresidente Ejecutivo de Operaciones. Tras su paso por Rockets y Nuggets, la franquicia ve en él un perfil idóneo para encauzar el rumbo de su equipo.
Actualmente, la plantilla cuenta con jugadores talentosos y de provecho. Y sobre todo, jóvenes. A Zach Lavine, referente ofensivo, podemos sumar a Coby White, Lauri Markkanen o Wendell Carter Jr. Muy poco para competir pero una base ilusionante que complementar.
Como aficionados de la NBA, es difícil no desear que una franquicia histórica como lo es esta alcance de nuevo el estatus de Candidato; convertirse en un equipo temible y que luche por el anillo 22 años después de bailar por última vez.
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